Uno de los primeros post publicados en este «Blog» en el año 2014 –¡hay que ver como pasa el tiempo!– fue «¡Feliz día de la madre!»; han pasado 3 años desde entonces y quiero aprovechar la ocasión para escribir un nuevo post dedicado, en general, a todas las madres excelentes que veo en mi día a día tanto a nivel profesional como personal y, en particular, al colectivo de «Segundas Mujeres.»
Soy consciente de que de la lectura de mis post se puede extraer la conclusión de que hay más progenitoras –mujeres que por sus actos no merecen ser llamadas madres– que madres, sin embargo la realidad es bien distinta; lo que sucede es que, como en otras tantas cosas, siempre destaca más lo malo que lo bueno, sin embargo es mucho lo bueno que a lo largo y ancho de nuestro país me encuentro en mi día a día.
Entre todas estas madres destaca un colectivo que es el de «Segundas Mujeres», ellas mismas se han autodenominado así, en mi opinión erróneamente, y digo erróneamente porque no son segundas mujeres sino mujeres de primera.
En su día escribieron un post en la sección «Firma invitada» de este espacio virtual titulado «Nuestros hijos son «bastardos» en el Siglo XXI» cuya lectura le recomiendo al que no haya tenido la oportunidad de leerlo, en el que nos contaron su realidad, una realidad que día a día veo en muchos de los casos que llevo.
Estas «segundas mujeres» son mujeres que un buen día se enamoraron de un hombre, un hombre con una situación cada día más frecuente, estaba divorciado y tenia hijos de una anterior relación.
Lo que hace especiales a estas mujeres es que por amor, no tiene otra explicación, en muchas ocasiones unen sus vidas a hombres «marcados» por una ruptura conflictiva –algo mucho peor que un divorcio contencioso-, de las que marcan y dejan secuelas, secuelas que para bien y para mal afectan a las nuevas relaciones y, como no, a estas segundas mujeres.
En muchas ocasiones estos hombres no solamente están «tocados» psicológicamente sino también económicamente y estas segundas mujeres son las que los ayudan a salir adelante no solo a nivel afectivo sino también material/económico.
Pero lo que es más importante para mi y, en mi opinión, las convierte en unas «Madres» muy especiales, es que estas segundas mujeres se hacen cargo de hijos ajenos y los cuidan y quieren, en muchas ocasiones, más que las propias madres biológicas.
Soy consciente de que no es fácil el papel de estas grandes mujeres, ser la «segunda» y tener que soportar las arremetidas de la «primera» e intentar hacer de madres de quien no son sus hijos, con lo bueno y malo que todo ello conlleva.
Mujeres como estas son las que me hacen admirar cada día más al género femenino; mientras escribo estas líneas son muchos los nombres, las historias, los momentos, … que se me vienen a la cabeza y todos ellos con un denominador común, detrás de esas historias hay una mujer de primera.
Pero no quiero terminar este post, no sería justo hacerlo, sin acordarme de otras mujeres que aunque no sean «segundas» mujeres, son madres ejemplares.
Madres que sacan a sus hijos adelante en solitario, porque un buen día el progenitor de sus hijos –hombres que por sus actos no merecen ser llamados padres– desapareció de sus vidas, dejándolas solas y en muchas ocasiones en situaciones criticas.
Madres que por amor se vinieron a España y ahora que se ha acabado el amor, a pesar de todo, se quedan aquí, por no separar a sus hijos de sus padres.
Madres que tendrían motivos para denunciar por violencia doméstica pero que por sus hijos no lo han hecho.
Madres que a pesar de tener la custodia exclusiva de sus hijos no ponen ningún obstáculo para que estos se relacionen con sus padres siempre que quieran.
Madres que respetan a las familias paternas, aunque en muchas ocasiones las familias paternas no las hayan respetado a ellas, porque son conscientes de que el respeto a un hijo conlleva respetar a su familia paterna y materna.
Madres que teniendo motivos sobrados para divorciarse no lo hacen por sus hijos.
MADRES con mayúsculas y admirables.
Para todas ellas va mi post de hoy y mi admiración más sincera.
Dedicado a madres como Sophie, Olga, Lili, Susana, y una larga lista de mujeres admirables.
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